El 21 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Espina Bífida, celebrándose jornadas, campañas de información y diversos actos de sensibilización por toda España, ya que la espina bífida es la segunda causa de discapacidad física en la infancia, después de la parálisis cerebral.
La espina bífida es una malformación congénita del tubo neural, que se caracteriza porque uno o varios arcos vertebrales posteriores no han fusionado correctamente durante la gestación y la médula espinal queda sin protección ósea.
La principal causa de la espina bífida es la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al embarazo y en los tres meses siguientes, aunque existe un 5% de los casos cuya causa es desconocida, habiéndose ya comprobado que la espina bífida no tiene un componente hereditario.
Lo que si que se puede heredar es la dificultad de la madre para procesar el ácido fólico, lo que ocurre en muy pocos casos.
Y es que según la Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida e Hidrocefalia (FEBHI) el riesgo de que un feto pueda desarrollar Espina Bífida se reduce hasta un 45% si la mujer toma 0,4 mg de ácido fólico tres meses antes de quedarse embarazada y durante el primer trimestre de la gestación.
Las Asociaciones quieren reivindicar durante este día Intermacional, la necesidad de mejorar su calidad de vida de los afectados desde la infancia con equipos multidisciplinales en los colegios donde estén matriculados.
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